Declaración de Nuwiaka, Sierra Nevada de Santa Marta - Colombia
Nosotros, la Alianza por la defensa de lo Sagrado, hemos llegado desde los cinco continentes para solidarizarnos con las comunidades Arhuaca y Kogui en la defensa del agua, los ríos y las formas de vida de la Sierra Nevada de Santa Marta. Convocamos a los movimientos por la defensa del agua de todo el mundo, y en particular a los de Colombia, a reconocer el derecho del río Guatapurí a fluir en su estado natural de pureza y a expresarse y a actuar en pro de su protección. Así, podrá seguir brindando vida, salud y sustento a las comunidades ribereñas y a todos los seres que de él se alimentan.
Rechazamos la construcción de la represa y el embalse "Los Besotes" y nos oponemos a la minería en las montañas, a la deforestación de las cuencas hidrográficas, y a la destrucción que causaría el proyecto propuesto en las comunidades.
Respetamos las antiguas tradiciones indígenas de la tierra expresadas en Je Zukunsamu, la Ley del Agua, que regula las pautas para cuidar y mantener el kunsamu del agua. Evocamos el Ka'gumu Zukunsamu – Ley de la Tierra, Kunsamu Geyzey – Ley del Fuego, Buntikunu Zukunsamu – Ley del Aire, que rigen estos elementos y que son Ley de Origen para los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta (Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo). Estas tradiciones han sido reconocidas en el ordenamiento legal vigente del Estado colombiano por lo que éste debería respaldarlas, ya que los ríos son la fuerza guía de la naturaleza y transforman las semillas en bosques y la vida humana y de la naturaleza en toda su diversidad. En virtud de estas leyes y la sabiduría indígena de la tierra, hacemos la siguiente declaración:
Todos los ríos tienen derechos inalienables, declaramos al río Guatapurí como un ser legal viviente. Desde el río Whanganui en Nueva Zelanda hasta los 23 ríos en Colombia, todos han sido reconocidos con derechos, y el río Guatapurí, y los demás ríos de Colombia, debe recibir protecciones legales contra la contaminación, la invasión y las represas.
Los ríos son seres vivos en las tradiciones espirituales de todo el mundo y también proveen la energía vital a las comunidades ribereñas, por lo tanto, todas las comunidades ribereñas deben tener el derecho prioritario sobre las aguas, ya que cualquier alteración causará desplazamiento forzado, empobrecimiento económico, destrucción de la biodiversidad, violencia en la sociedad y robará el derecho a la vida de estas comunidades.
El agua es portadora de paz y fuente de prosperidad y dignidad para las civilizaciones. La salud de los ríos, los humanos, la biodiversidad y las civilizaciones están intrínsecamente vinculadas. Es tiempo de reconciliar los territorios, las comunidades, las ciudades y las culturas con el ciclo natural del agua. Así es como entendemos el camino de la paz con la naturaleza.
La Sierra Nevada de Santa Marta es fuente de agua de la sedienta región Caribe colombiana y fue declarada reserva de la biosfera por la UNESCO en 1979. El sistema de conocimiento de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra también ha sido reconocido como patrimonio inmaterial y cultural de la humanidad por la UNESCO desde el año 2022. Por lo anterior, las cosmologías y saberes para cuidar el agua deben ser respetadas por el Estado colombiano como base del ordenamiento del territorio.
La Sierra también ha sido reconocida por la comunidad científica como un ecosistema único e irrepetible de la biodiversidad mundial, por lo que ninguna corporación debe estar autorizada a explotar, deforestar o construir represas en esta región, ya que cualquier acción medioambientalmente negativa constituye ecocidio y terrorismo ecológico.
EXIGIMOS
La suspensión inmediata del proyecto de la represa en el río Guatapurí, junto con la suspensión del embalse "Los Besotes".
Una evaluación socioeconómica y ambiental independiente, con consultas a las comunidades ribereñas, para evaluar los impactos económicos y ambientales, especialmente en el contexto del cambio climático y el impacto sobre la biodiversidad.
El río Guatapurí, su área de cuenca y afluentes deben ser declarados zona protegida y recibir derechos legales. Se debe formar un consejo de administración con poderes legales y representantes de las comunidades ribereñas para el cuidado del río.
Todos los contratos que obtienen ganancias de la explotación del ecosistema fluvial deben ser suspendidos, y debe establecerse una moratoria sobre todos los contratos futuros.
Los derechos de las comunidades ribereñas a pescar y subsistir deben ser respetados y protegidos legalmente.
Se debe implementar un programa descentralizado de gestión del agua, impulsado por la comunidad, para asegurar la soberanía del agua de las comunidades ribereñas, manteniendo la coherencia con los intereses espirituales, culturales y económicos.
Queremos el reconocimiento legal de Seykutunumaku (la “Línea Negra”) y de todos los sitios sagrados de las comunidades indígenas de la Sierra Nevada.
Respaldamos esta declaración y solicitamos al gobierno de Colombia, a los funcionarios del gobierno, a las embajadas y a los ciudadanos preocupados de todo el mundo que respalden la defensa del río Guatapurí, para que los pueblos indígenas y demás comunidades de la Sierra Nevada puedan conservar su dignidad y su vida.